Vacunas

¿Por Qué Son Tan Importantes Las Vacunas?

Inmunizar Previene Enfermedades

La prevención de enfermedades es la clave de la salud pública. Siempre es mejor prevenir una enfermedad que tratarla. Las vacunas previenen enfermedades en las personas que las reciben y protegen a las personas que entran en contacto con personas no vacunadas. Las vacunas ayudan a prevenir enfermedades infecciosas y a salvar vidas. Las vacunas son responsables del control de muchas enfermedades infecciosas que antes eran comunes en este país, incluyendo poliomielitis, sarampión, difteria, tos ferina, rubéola (sarampión alemán), paperas, tétanos y Haemophilus influenzae tipo b (Hib). Las enfermedades prevenibles mediante vacunas tienen un impacto costoso, lo que resulta en visitas al médico, hospitalizaciones y muertes prematuras. Los niños enfermos también pueden hacer que los padres pierdan el tiempo del trabajo.

Cómo El Cuerpo Se Defiende

Cada niño nace con un sistema inmunitario completo compuesto de células, glándulas, órganos y fluidos que se encuentran en todo su cuerpo para combatir las bacterias y virus invasores. El sistema inmunitario reconoce los gérmenes que entran en el cuerpo como invasores "extranjeros" o antígenos, y produce sustancias proteicas llamadas anticuerpos para combatirlos. Un sistema inmunitario normal y saludable tiene la capacidad de producir millones de estos anticuerpos para defenderse de miles de ataques todos los días, haciéndolo de manera tan natural que las personas ni siquiera son conscientes de que están siendo atacados y defendidos tan a menudo (Whitney, 1990). Muchos anticuerpos desaparecen una vez que han destruido los antígenos invasores, pero las células involucradas en la producción de anticuerpos permanecen y se convierten en "células de memoria" Las células de memoria recuerdan el antígeno original y luego se defienden contra él cuando el antígeno intenta volver a infectar a una persona, incluso después de muchas décadas. Esta protección se denomina inmunidad. Es cierto que los recién nacidos son inmunes a muchas enfermedades porque tienen anticuerpos que obtuvieron de sus madres. Sin embargo, la duración de esta inmunidad puede durar sólo un mes a aproximadamente un año. Además, los niños pequeños no tienen inmunidad materna contra algunas enfermedades prevenibles mediante vacunas, como la tos ferina. Si un niño no está vacunado y está expuesto a un germen de la enfermedad, el cuerpo del niño puede no ser lo suficientemente fuerte como para combatir la enfermedad.

Inmunizar Ralentiza La Propagación De Enfermedades

Antes de las vacunas, muchos niños morían de enfermedades que las vacunas previenen ahora, como la tos ferina, el sarampión y la poliomielitis. Esos mismos gérmenes existen hoy en día, pero los bebés ahora están protegidos por vacunas, por lo que no vemos estas enfermedades con tanta frecuencia. vacunas, por lo que no vemos estas enfermedades con tanta frecuencia. Inmunizar a los niños individuales también ayuda a proteger la salud de nuestra comunidad, especialmente aquellas personas que no están inmunizadas. Entre las personas que no están inmunizadas figuran las que son demasiado jóvenes para ser vacunadas (por ejemplo, los niños menores de un año no pueden recibir la vacuna contra el sarampión, pero pueden infectarse por el virus del sarampión), aquellos que no pueden ser vacunados por razones médicas (por ejemplo, leucemia), y aquellos que no pueden dar una respuesta adecuada a la vacunación. También están protegidas, por lo tanto, las personas que recibieron una vacuna, pero que no han desarrollado inmunidad. Además, las personas enfermas tendrán menos probabilidades de estar expuestas a los gérmenes de la enfermedad que pueden transmitir niños no vacunados. La inmunización también ralentiza o detiene los brotes de enfermedades.

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